Veinticuatro alumnos han terminado un curso de voluntariado en interculturalidad. Se han formado como voluntarios en una materia importante que constituye una realidad en La Solana: la mezcla de culturas como consecuencia de la inmigración.
Un aula del Palacio Don Diego ha servido de cobijo para un curso de 20 horas de duración en el que una veintena de mujeres y cuatro hombres han aprendido teoría y práctica sobre educación intercultural. Impartido por la Escuela de Monitores “La Cañada”, la metodología se ha basado en explicar identidades culturales y su evolución histórica, el relativismo cultural y los derechos humanos, la resolución de conflictos y habilidades sociales, así como los recursos para la educación intercultural, entre ellos danzas del mundo, gastronomía internacional y talleres entre culturas.
Ha sido una semana intensa de trabajo donde los alumnos han podido formarse en un fenómeno que ha producido la globalización y que exige conocer y comprender. Durante la entrega de diplomas, la concejal de Servicios Sociales, Jose Simón, destacó el esfuerzo municipal por organizar este tipo de cursos formativos, pero también la importancia de que gente de toda edad y condición se involucre en temas de voluntariado “muchas veces los voluntarios llegan donde nosotros no podemos”.
Este curso lo han adelantado debido a la gran demanda que ha tenido. Incluso se han quedado 8 personas en lista de espera. En su opinión, “es vital que nos mezclemos todos en una sociedad que es de todos”, de ahí la relevancia de que la gente se involucre “el voluntario no tiene edad, pero es bueno que haya una cantera de gente joven interesada”. En todo caso, el curso ha tenido alumnos de 16 a 67 años, aunque la mayoría han sido jóvenes veinteañeros.
Un aula del Palacio Don Diego ha servido de cobijo para un curso de 20 horas de duración en el que una veintena de mujeres y cuatro hombres han aprendido teoría y práctica sobre educación intercultural. Impartido por la Escuela de Monitores “La Cañada”, la metodología se ha basado en explicar identidades culturales y su evolución histórica, el relativismo cultural y los derechos humanos, la resolución de conflictos y habilidades sociales, así como los recursos para la educación intercultural, entre ellos danzas del mundo, gastronomía internacional y talleres entre culturas.
Ha sido una semana intensa de trabajo donde los alumnos han podido formarse en un fenómeno que ha producido la globalización y que exige conocer y comprender. Durante la entrega de diplomas, la concejal de Servicios Sociales, Jose Simón, destacó el esfuerzo municipal por organizar este tipo de cursos formativos, pero también la importancia de que gente de toda edad y condición se involucre en temas de voluntariado “muchas veces los voluntarios llegan donde nosotros no podemos”.
Este curso lo han adelantado debido a la gran demanda que ha tenido. Incluso se han quedado 8 personas en lista de espera. En su opinión, “es vital que nos mezclemos todos en una sociedad que es de todos”, de ahí la relevancia de que la gente se involucre “el voluntario no tiene edad, pero es bueno que haya una cantera de gente joven interesada”. En todo caso, el curso ha tenido alumnos de 16 a 67 años, aunque la mayoría han sido jóvenes veinteañeros.